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Mundo Acuático//recomendaciones de lectura


Hace unos días, me desperté en la madrugada solo, sin despertador, un desvelo. Me puse a pensar en un dispositivo a fabricar, iba elaborando el plan mentalmente, con sus combinaciones y avanzaba a velocidad viscosa.

Luego anoté esta frase:

Propulsión autónoma de energía limpia y buceo explorador, eso es el entusiasmo”

Toma 2

Empecé pileta para la rehabilitación de las rodillas, gran equipaje pedestre y al agua se ingresa con casi nada. Blop! Al agua!

Ni bien empecé a nadar, los poros y la piel avisaron rápidamente al cerebro, aquella sensación escrita en el cuerpo, hace ya muchos años, tal vez a mis 8, 9 ó 10 años. Luego en la adolescencia, hubo otras temporadas de piletas.

Me sentí anotador de algo bueno, recordé transversal, recordé genérico, recordé y valoré

Tal vez, algo sobre mis padres que lo posibilitaron, en aquellos años.

Lo llamativo es, de qué manera te acompaña esta habilidad adquirida, este diálogo con el agua, este umbral de gravedad cambiada.

Una especie de scanner invertido, en el que el sensor está en cada meridiano y en cada latitud de nuestro cuerpo. Y conforme nos sumergimos vamos atravesando la frontera acuífera aparentemente inerte. Cada emoción guardada, es un mojón encriptado de forma termosensible.

Volviendo al cuerpo en el agua, luego de aprender los rudimentos de una disciplina, sobreviene el olvido de la rigurosa técnica y el estilo libre y explorador, gana terreno hacía la libertad despropósitada

En esas respiraciones anfibias, compuestas de exhalaciones que subían como tropeles por mis patillas, pasaban por mis oídos simpáticos bolones musicales, de notas dulces y apagadas, similares a la familia de los xilófonos, de los vibráfonos o bien, desde hoy los aquafones!!!

Mundo acuático, mundo silencio, mundo blando, mundo sensible, mundo paréntesis.!

Toma 3

De vacaciones..

No podría darme cuenta, qué era más potente en aquellas experiencias plenas. Si la propulsión autónoma de energía limpia y buceo explorador o la visión nítida que me regalaban las antiparras.

Concluí, que era un todo, eso es lo grandioso, la unidad: el agua, su cristalinidad, el sol entrando con sus rayos y sus multiplicadores reflejos, la temperatura del agua, el lecho pedregoso virtuosamente diseñado por el correr del tiempo y el ir subacuático por el ambiente acustizado !

Blop apagado, blop unpluged, blop aventura!

Un hallazgo, en las frías aguas de la Patagonia Andina, sobre la angostura del Lago Moquehue, ¡yacía un gigante, entre rocas! Era un tronco araucano, tumbado a unos 2 metros de profundidad. Inmerso yo en la exploración, lo recorrí absorto, a lo largo de sus 11 metros, con reverencia faraónica por su vida y por su muerte, en el más respetuoso silencio volaba por el agua..


@entreonces // Agustín Di Giglio

Imagen: Alexander Semenov

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